miércoles, 21 de noviembre de 2012

Día 15_6/oct: Venecia - Murano - Burano


De nuevo, cargamos provisiones para desayuno y comida en el Simply y cogemos el bus hasta Piazzale Roma. Allí cogemos un Vaporetto de los rápidos y en poco tiempo estamos en el MacDonalds para tomar nuestra dosis de café matutina, que como estamos cansados, nos viene bien para aguantar el último día.
 
Hoy el día ha salido con una niebla muy densa, de hecho nos acercamos en el puente hacia Venecia y no se ve absolutamente nada de nada. Todo hay que decirlo, le da una imagen curiosa. Hoy es sabado y mucha gente ha salido a pasear en su barco, hay algo más de tráfico, pero un ambiente más tranquilo.
Volvemos en otro rápido hasta Piazzale Roma y ya allí, cogemos el que nos llevará hasta Murano, para luego de allí ir hasta Burano.
 
 
Primero paramos en Murano, a coger unas CocaColas en el super y entramos en unas tiendas para buscar algo de cristal para llevar de regalo. 
Empieza a despejar el día y a hacer calor, nada de la niebla baja densa de esta mañana. La luz entra en los escaparates y al incidir sobre el cristal, se ve todo el colorido y realmente hay cosas bonitas.
Resulta que para ir a Burano sólo hay un Vaporetto a la hora, acabamos de perderlo, así que para hacer tiempo, entro en una tienda que había junto al faro y a la parada del Vaporetto, acabo comprando allí.
El trayecto a Burano es largo, sobre 40 minutos creo recordar, y se acumula mucha gente en la parada, por eso es recomendable ponerse pronto en la cola, para no quedarse sin entrar como le pasaba a mucha gente, y comerse otra hora de espera (esto pasaba mucho más a la vuelta). Afortunadamente, el Vaporetto es grande, nada que ver con los que se mueven por Venecia, esto es mucho más barco, y por dentro está mejor acondicionado y hay muchos sitios donde sentarse.

Por el camino voy leyendo la historia de la Isla. Resulta que la torre del campanario de la iglesia se ve desde lejos y llama la atención por lo inclinada que está. Realmente sorprende cómo está todavía en pie.....


La isla es bonita sobre todo por el colorido de sus calles. Cuenta la leyenda que era una isla de pesadores y que tenían que pintar las casas de colores llamativos porque cuando llegaban los pescadores con la barca después de la faena, había tanta niebla que para reconocer cuál era su casa y dónde tenían que amarranla, lo distinguían por el colorido.
La verdad es que hoy en día le da una imagen muy bonita. Las casas son todas de dos alturas máximo, lo único que sobresale es la torre inclinadísima de la iglesia.
De nuevo, nada que ver con Venecia, paseas tranquilamente por sus calles nada aglomeradas, y hay un aire de sosiego y relax. Encuentras algún bar justo en la parada del Vaporetto, en la plaza central donde está la iglesia y en alguna otra calle, pero no es para nada una isla enfocada al turismo masivo. Muchas puertas de las casas tienen unos cortinones de tela cubriendolas, pintoresco. 
Junto a algunas casas hay algunas abuelas haciendo ganchillo, encaje de bolillos, etc charlando tranquilamente.
La Isla también tiene fama de hecho por los encajes, y hay unos cuantos talleres de encajeras que se pueden visitar y aprovechar para comprar algo si te gusta.


Cómo no, no podía faltar la típica foto de las máscaras venecianas que hemos encontrado por todos lados, pero que aquí tenían expuestos con mucho colorido y en una mesa al sol que hacía aún más deslumbrante y llamaba mucho la atención.



Volvemos de nuevo a la parada del Vaporetto, justo vemos cómo se está montando la gente según nos acercamos pero vemos que se llena y se queda un montón de gente en tierra, así que nos ponemos ya a la cola para esperar al siguiente que es dentro de una hora, pero sabemos que si nos vamos y volvemos dentro de un rato lo perderemos.
Cogemos el de las 4 de la tarde y es una pasada, parece que ya está anocheciendo, y es que ya queda poco tiempo de luz aquí en estas fechas. Sacamos alguna foto chula desde el barco. 
Hace una parada en Murano y luego ya va hasta Venecia, va bastante despacio porque va como siguiendo un canal entre unas maderas entre una isla y otra, nos parecía que como era un barco grande, podía ir bastante más rápido, pero seguro que por algo será.


Bajamos en la primera parada que hace ya en Venecia para dar un paseo por esta zona e ir en línea recta hasta la zona de Rialto.
Como curiosidad, vemos alguna vinoteca, que tal y como lo había leído, la gente entra con botellas vacías y te las llenan de unas barricas y te las cobran a un precio el litro mucho más económico que la típica botella de vino italiano con su etiqueta que puedas encontrar en una tienda especializada. Además, te dan a degustar todos los tipos de vinos que ofrecen o que quieras probar. Claro que como no se pueden meter líquidos en el avión, o te arriesgas a meterla en la maleta y que te la puedan romper, o la compras y la tomas allí durante el viaje, si no, los policías del control del aeropuerto se pondrán contentos de recaudar una botella más de los tìpicos viajeros incautos......



Este edificio es el Gran Casino de Venecia, muy chulo y por la noche bien iluminado, para entrar desde el Gran Canal directamente, tiene su propia entrada privada en barco como podéis ver.


Arrivederci Venecia!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario